viernes, 19 de mayo de 2017
Pacho Flores presentó su Caballo de Troya a las élites de la música clásica
Como un caballo de Troya, pero con un objetivo loable y artístico, Pacho Flores presenta Entropía, el disco que grabó con el guitarrista Jesús “Pingüino” González y que fue editado por Deutsche Grammophon.
Con ese sello, tan vinculado a lo académico, el trompetista presenta un álbum en el que recorre parte del repertorio popular latinoamericano. Con obras de Henry Martínez, Simón Díaz, Pablo Camacaro, Lionel Belasco y Luis Laguna, así como de Astor Piazzolla, Tom Jobim y Pixinguinha, repasa piezas desde una perspectiva que se aleja de lo que se puede esperar cuando se habla de “La comparsa” o “Un heladero con clase”. “Está hecho desde cero, sin partitura escrita. Los arreglos se hicieron desde el razonamiento y no desde la repetición. Hay creación”, indica Flores.
“La música venezolana no es tan conocida internacionalmente como la brasileña, por ejemplo, que ha llegado a tener el mismo estatus del jazz. Para mí es un asunto trascendental ubicar a nuestra música en el mismo lugar que el tango o la bossa nova. Por eso, colocarla en una plataforma como la Deutsche Grammophon es un gran logro”, dice el artista tachirense que reside actualmente en Valencia, España.
En el catálogo de la compañía alemana destacan figuras como Claudio Abbado, Leonard Bernstein, Pierre Boulez, Gustav Mahler y Gustavo Dudamel. “Aunque sea música clásica popular, no quiere decir que no se pueda presentar en las altas salas de concierto, en la elite clásica. Este disco le gusta a mi mamá, a la abuela y a mi hijo de ocho meses. Esa es la grandeza de abrirse a más públicos. Cuando hacemos música clásica, sabemos que nos dirigimos a una minoría que tiene mucho conocimiento. No todo el mundo está preparado para el caviar, pero todos son capaces de comer una buena curvina”.
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